miércoles, 21 de enero de 2009

Agility: salud, deporte y educación

El agility se ha convertido en el deporte canino de moda en los últimos años. Su gran popularidad se debe, en parte, a la retransmisión por televisión de diferentes torneos con los que ha entrado en muchas casas por la pequeña pantalla, y al esfuerzo de muchos clubs de agility que, con su trabajo diario y exhibiciones, han acercado este bonito deporte al público.

EL AGILITY ESTÁ AL ALCANCE DE CUALQUIER PERSONA, NO IMPORTA LA EDAD, Y DE CUALQUIER PERRO, SIN DISCRIMINACIÓN POR TAMAÑO O RAZA. Desde la perspectiva del perro, la práctica del agility como hobby o competición hay que interpretarla desde diferentes puntos, todos importantes, que sumados, dan un resultado ideal. Podemos identificar tres grandes grupos de beneficios para el perro que practica esta disciplina:
BENEFICIOS FÍSICOS
El agility es una carrera canina de obstáculos contra el cronómetro. Por tanto, es una carrera de corta duración (aproximadamente entre 35 y 55 segundos por recorrido) pero muy intensa. La preparación física durante los entrenamientos de nuestro perro, de frecuencia diaria o semanal, hacen que el ejercicio se convierta en una obligación y devoción. De esta manera, se proporciona una rutina física muy importante para mantener en buena forma a nuestro perro. Asimismo, nos ayuda a mantenerlo en un peso ideal y compensa el sedentarismo de las largas jornadas en casa mientras trabajamos.

BENEFICIOS PSICOLÓGICOS
Muchos de los perros que viven en ciudades se limitan, en el mejor de los casos, a realizar largos paseos, sin muchos problemas que solucionar o superar, por lo que cada vez tenemos más perros con miedos o fobias. El agility está compuesto por diferentes obstáculos, saltos, túneles, eslalom, pasarela, balancing, rampa, etc. Saltar vallas, subir rampas y pasarelas, entrar y salir por túneles con la ayuda de los premios (comida o pelota), les hacen sentirse más fuertes psicológicamente al superar obstáculos que antes, por miedo, ni hubieran pensado en acercarse. Por eso, la práctica de agility ayuda a fortalecer psicológicamente a nuestro perro. Es más, le permite quemar toda la energía acumulada, manteniéndolo más equilibrado mentalmente.
BENEFICIOS EDUCATIVOS
Para la práctica del agility debemos instruir a nuestro perro una educación y obediencia básicas, que después podremos aplicar a nuestra convivencia diaria con la mascota en nuestros pueblos y ciudades. La educación canina para la vida diaria debería ser una obligación de todo dueño de cuaqluier can, que nos ayudará a convivir y disfrutar de nuestra mascota.
A un perro adoptado, el agility le servirá para estrechar lazos con su nuevo dueño, importantísimo después de haber sufrido un periodo de soledad y de falta de estímulos positivos. Cualquier perro puede ser apto, lo importante es el vínculo que se crea con su dueño, que va creciendo día a día mientras ambos disfrutan del agility.

En definitiva, se trata de mejorar la calidad de vida de nuestro perro, consiguiendo un animal mucho más contento, sano, y más equilibrado en el ámbito físico y psicológico. Y por si todo esto fuera poco, a los dueños, nos ayuda a mantener la forma física y a hacer muchos amigos, tanto humanos como caninos.


Fuente: Animalia






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