martes, 23 de febrero de 2010

Los efectos del Carnaval en nuestras Mascotas
















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Animalia Asistencia

Propet, fiel amigo del animal de compañía


La Feria para el Profesional del Animal de Compañía, Propet, que cumple ya su tercera edición, del 26 al 28 de Febrero próximos, vuelve a ser escenario de una intensa agenda de encuentros profesionales de gran interés para este sector.
Dentro de la programación, ocupa de nuevo un lugar destacado el XVII Congreso Anual de VetMadrid, convocado por la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía, Amvac, que colabora habitualmente con Ifema en la realización de Propet.

De esta forma, en la feria de Madrid comparten protagonismo un certamen de primer orden y destacados encuentros científicos y profesionales.
Además del Congreso VetMadrid, que en esta ocasión tratará sobre la "Medicina y Cirugía del Sistema Digestivo", AMVAC convoca también en el marco de Propet, el Congreso de Auxiliares, junto con la Asociación Nacional de Auxiliares Veterinarios, Anavet (días 27 y 28 de Febrero).

Asimismo, Amvac participará en las distintas actividades previstas entre el 26 y el 28 de Febrero, en concreto, el I Congreso de Entidades de Protección Animal, el Congreso de Adiestradores, un Curso de Manipulador de Animales en Centros de Venta y el Congreso de Peluqueros-Estilistas.

El I Congreso de Entidades de Protección Animal, que se desarrollará el sábado 27 de Febrero, es coorganizado por la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa del Animal de la Comunidad de Madrid, Fapam. La jornada de la mañana se centrará en los diferentes aspectos relacionados con el protocolo de cómo formular denuncias (la importancia de denunciar, denuncias judiciales y administrativas y actuaciones del Seprona y de la Policía Municipal ante dichas denuncias, así como el papel que juegan los veterinarios en estos casos). La sesión de la tarde tratará sobre la gestión de Albergues y, en concreto, de la mejora de las instalaciones y métodos de financiación. Por último, se abordará la visión de la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, Rspca, sobre la materia.

La Asociación Madrileña de Adiestradores Profesionales, Amap, es la responsable del Congreso de Adiestradores, que tendrá lugar el sábado, 27 de Febrero. Dicho congreso hará hincapié en la mentalidad de los perros y el test, con el desarrollo de aspectos como la nomenclatura en este terreno, revisión de experiencias personales sobre el test, revisión de tests y de las reacciones de los perros ante el mismo, acceso de los tests científicos en perros y el test mental, entre otros.

El Congreso de Peluqueros-Estilistas, también a cargo de Amvac, tendrá un eminente carácter práctico. Así el día 28, el Presidente de la Asociación Europea de Peluqueros Caninos, Umberto Lehman, expondrá los tres métodos de peluquería (comercial, expositiva y de competición), mientras que la segunda sesión será sobre la técnica propia de la raza Terrier Negro Ruso a tijera (conceptos y trucos aplicables a la peluquería comercial).

Finalmente, durante el fin de semana -27 y 28 de Febrero- se celebrará un curso de Manipulador de Animales en Centros de Venta. En el mismo y con un carácter también muy práctico, cualificados expertos explicarán las condiciones de alojamiento y manutención de aves, reptiles y anfibios, pequeños mamíferos, peces, perros y gatos, así como los síntomas de alarmas más frecuentes.

Fuente: Madridpress

domingo, 21 de febrero de 2010

Cuando un amigo se va

Los animales de compañía tienen su cometido en los hogares donde viven: mitigar la soledad, dar seguridad, transmitir valores a los más pequeños... Su pérdida se vive a menudo como un duelo e incluso deja un vacío que muchos deciden volver a llenar.
Al hablar de la muerte del animal de compañía vamos a referirnos concretamente a la del perro y el gato, que son los que establecen una relación más estrecha con las personas, aunque también podríamos incluir cualquier animal -conejo, cobaya, loro, periquito, etc.- que conviva con nosotros. Antes de empezar, hemos de advertir que el contenido de este artículo puede parecer exagerado o incluso irreal para las personas que nunca hayan disfrutado de la presencia de un animal. Durante la vida profesional de un veterinario, se escucha a cientos de veces, por parte de los propietarios noveles, un comentario prácticamente descrito con las mismas palabras: "Nunca me habría imaginado que se pueda querer tanto a un animal". Algunos añaden: "Tanto que había criticado los sufrimientos padecidos por amigos a causa de su animal...". Hemos de tener en cuenta que el 74% de los propietarios, más las mujeres que los hombres, consideran que sus animales son conscientes de ellos mismos, lo que significa que les otorgan un estatus casi humano.

La pérdida de nuestro animal de compañía puede producir un dolor tan intenso como la pérdida de un ser humano. Según un estudio realizado por la revista americana Psychology Today, sin duda el más extenso dedicado a animales de compañía, el 96% de los propietarios considera que su mascota es muy importante para ellos; el 87% que es uno más de la familia; el 75% considera al animal un compañero que incrementa la alegría familiar, y el 79% admite que durante algún tiempo su animal ha sido su más estrecho compañero. Algunos llegaron más lejos en sus declaraciones humanizando a sus animales. Otro estudio muestra la importancia que tienen los animales para sus propietarios con una sencilla observación: la mitad de los propietarios e animales de Estados Unidos y Gran Bretaña guardan fotografías de sus animales en sus carteras o colgados en las paredes.
Todo ello puede ayudarnos a entender que la pérdida de un animal es la pérdida de un ser con el que hemos establecido una relación especial de afecto y dependencia, es la pérdida de un ser que nos entiende y hace compañía, y esto es muy importante, especialmente para las personas que viven solas. No es de extrañar que los comentarios de las personas ante la muerte de su animal sean tales como: "Era como un hijo para nosotros, todos lo echaremos de menos", "Gracias por darnos tanta alegría", "Siempre te recordaremos"..., y que se produzca un periodo de duelo similar al que sucede a la muerte de una persona, con las fases de negación, cólera, culpabilidad y aceptación, periodo que suele durar entre 4 y 10 meses. A todo ello hemos de añadir que, debido a la tendencia que existe en la sociedad actual a esconder tanto como sea posible la muerte (cada vez son menos las personas que mueren en casa a favor de las que lo hacen en los hospitales), la muerte de la mascota es para muchos, especialmente los más jóvenes, el primer contacto con la muerte.
Con los animales, existe un problema añadido: muchas personas no pueden expresar su pena a los demás por miedo al ridículo y a la incomprensión, también pueden padecer sentimientos de culpabilidad por sufrir tanto por la muerte de un animal. Las personas mayores suelen ser las más afectadas, especialmente si viven solas, y muchas veces acaban sufriendo una depresión. Diferentes estudios coinciden en que alrededor del 75% de los dueños que han perdido a su animal presenta trastornos más o menos importantes en su vida, y que el 33% tiene que ausentarse temporalmente de su trabajo. Parece ser que las mujeres sufren más que los hombres y que el duelo aumenta cuando el tamaño de la familia disminuye.
Según la psicóloga Mary Bloom, especializada en la relación entre personas y animales, el factor que más influye en el dolor experimentado con la pérdida de la mascota es el tiempo que hayamos convivido con ella, independientemente de si se trata de un perro o un gato. Otros estudios llegan a la conlusión de que los propietarios de gatos necesitan más apoyo que los de perros, conclusión que estaría de acuerdo con la de la psicóloga M. Bloom, teniendo en cuenta que los gatos tienen una mayor esperanza de vida. Con todo ello, no es de extrañar que en Estados Unidos, a partir de 1980, los veterinarios utilicen psicólogos para ayudar a los propietarios en el duelo del animal.
Suigiendo con los comentarios de los propietarios noveles de animales de compañía descritos al inicio, lo que encuentran más sorprendente es el rápido cambio de sensibilidad que han experimentado respecto al dolor de los animales desde que tienen un animal de compañía.

Eutanasia: Hoy en día, a la mayoría de los animales domésticos se les ayuda a morir, y se ha cambiado el término de sacrificio utilizado desde siempre para el acto de matar a un animal, por el de eutanasia, que se ajusta más a la sensibilidad que tenemos hoy en día respecto a los animales de compañía. Eutanasia significa "muerte sin dolor ni angustia", para evitar sufrimientos debidos a enfermedades incurables.
La decisión de practicar la eutanasia a un animal enfermo es del propietario, siempre difícil de tomar, y bajo el asesoramiento y apoyo del veterinario. También es difícil decidir en qué momento paracticarla, cuando el animal aún está en buenas condiciones o esperar hasta que la muerte sea inminente. Cada caso es distinto. Muchas personas que han tenido experiencias dolorosas con algún familiar suelen decidir la eutanasia cuando aparecen los primeros síntomas de sufrimiento y sielen acompañar su decisión con frases como "ojalá pudiéramos hacer lo mismo con las personas" o "desearía tener una muerte tan digna como esta", etc. Otros retrasan la decisión al máximo, hasta que el deterioro del animal es muy manifiesto y la muerte está cerca. Es un momento difícil y solamente el 52% de los propietarios quiere estar presente.
También es un momento difícil para los veterinarios, que son testigos tanto del sufrimiento de los propietarios como de sus animales y deben manejar razones médicas, éticas, psicológicas y sociales para aconsejar a su cliente. Como dato curioso: sólo el 48% de los veterinarios se atreve a practicar la eutanasia a sus propios animales de compañía.
Aunque la mayoría de las eutanasias se realiza en animales enfermos, con sus capacidades muy deterioradas, también se practica en otros casos, como en animales con graves problemas de comportamiento o por conveniencia de su propietario. Los animales agresivos que no admiten tratamientos o aquellos con los que es imposible la convivencia por los destrozos que ocasionan incluso después de haber seguido una terapia, no pueden ser cedidos a otros personas y deben eutanasiarse. Como es de suponer, son decisiones más difíciles de tomar y, en el caso de los animales agresivos, suele hacerse después de un ataque de graves consecuencias.
Un caso especial son las eutanasias por conveniencia de sus dueños. Se dan cuando, por motivos personales, no pueden seguir cuidando de su animal y no encuentran ninguna otra solución. Los motivos son muy variados: personas mayores que fallecen o ingresan en una residencia y cuyos familiares no pueden hacerse cargo del animal, gente que cambia de residencia, en la cual no aceptan animales, abuelos forzados a deshacerse del animal bajo las amenazas de sus hijos o yernos de no volver a visitarlos con sus nietos, personas inaprensivas que simplemente se cansan de su animal y no quieren preocuparse de buscarles un nuevo hogar...
Legalmente, el propietario tiene la disposición abosluta sobre su animal, aunque algunos casos de autanasia por conveniencia se consideran una elección muy poco ética. En tiempos de Roma, Plutarco ya manifestaba que un hombre debe cuidar a sus perros y asus caballos no sólo cuando son jóvenes, sino cuando sn viejos y no le rinden ya servicio alguno. Siglos más tarde, Kant, en sus lecciones de ética, decía que cuando alguien manda sacrificar a su perro porque ya no puede seguir ganándose sus sustento atenta al carácter humanístico y al deber humano. Nos encontramos ante la paradjoa de una ley de protección animal que obliga al propietario a cuidar dignamente de su animal pero al mismo tiempo le da la capacidad de poder eliminarlo en cualquier momento. Catalunya es pionera en España en la promulgación de una normativa para la eutanasia de los animales de compañía en la que se establece quién, cuándo y cómo debe practicarse, unificando los métodos utilizados y los productos, pero no modifica los poderes que tiene el propietario sobre la vida del animal.
El veterinario puede negarse a practicar la autanasia apelando a su derecho de objeción de conciencia, especialmente en los casos descritos de conveniencia. Aunque el futuro de estos animales es muy sombrío y es muy probable que aboquemos a sus propietarios al abandono, especialmente su se trata de animales viejos o si ya se ha intentado buscarles un nuevo hogar, el 42% de los veterinarios aconseja buscar una salida llevando al animal a una protectora de animales o intentando por su cuenta encontrar una familia de acogida.

Qué hacer con el animal muerto: En las zonas rurales o cuando se dispone de jardín, los propietarios suelen enterrar ellos mismos a su animal. En las grandes ciudades existen cementerios para animales, aunque son pocos y la mayoría están saturados. La otra alternativa es la incineración. La realizan empresas privadas, puede ser individual y el propietario recibe las cenizas de su animal en una urna. También puede ser colectiva incinerando varios animales a la vez y sin entrega de cenizas. En el caso de que el animal muera en la clínica veterinaria, el veterinario puede encargarse de hacer todos los trámites, si no, son las propias empresas las que se encargan de recoger al animal y devolver las cenizas a su propietario, quien, si lo desea, puede asistir a la incineración. Obviamente, los precios varían según la modalidad: individual cuesta unos 250 euros, mientras que la colectiva ronda los 50.
La media de esperanza de vida de un perro o un gato ronda los 12-14 años. La muerte de nuestro animal es un mal trago que tenemos que vivir, pero una vez pasado el periodo de duelo son muchas las personas que repiten. Sin duda, los sentimientos positivos que nos aportan superan a los negativos.

Fuente: Amadeu Obach (veterinario)